LAS DIFERENCIAS SOCIALES.....A PENSAR Y DEBATIR...PARA VOS MAURICIO

Una explicación científica establece una relación existente entre un fenómeno y ciertas causas que lo producen, con el requisito que la conexión formulada debe ser racional y elaborada sobre la base de datos de la realidad, en general, los científicos sociales plantean diversas interpretaciones sobre los mismos fenómenos y debaten en torno a esas posturas.

Esta situación se puede ver claramente con respecto a la forma de explicar las diferencias sociales. Carlos Marx y Max Weber elaboraron explicaciones diferentes, que fueron la base de la mayor parte de los estudios sociológicos de todo el mundo.

Decía Marx:

“En las épocas anteriores de la historia hallamos casi por doquier una total división de la sociedad en diversas clases, un múltiplo escalonamiento de posiciones sociales. (…) Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue en cambio por el hecho de haber simplificado los antagonismos de clases. Toda la sociedad se divide cada vez más en dos bandos hostiles, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente entre sí: la burguesía y el proletariado. La burguesía es la clase de los capitalistas modernos, quienes son poseedores de los medios de producción y explotan el trabajo asalariado. Entiéndase por proletarios a la clase de los trabajadores asalariados modernos, quiénes, puesto que no poseen medios de producción propios, dependen de la venta de su fuerza de trabajo para poder vivir”.

Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto Comunista, Barcelona, Ed. Crítica, 1998.

Según Weber:

“Todo conjunto de leyes influye directamente sobre la distribución del poder dentro de una comunidad, y ello tanto si trata del poder económico como cualquier otro. Entendemos por “poder” la probabilidad que tiene un hombre o una agrupación de hombre de imponer su propia voluntad en una acción comunitaria, inclusive contra la oposición de los demás miembros. Como es natural, el poder “condicionado económicamente” no se identifica con el “poder” en general. Más bien ocurre lo inverso: el origen del poder económico puede ser la consecuencia de un poder ya existente por otros motivos. Por su parte, el poder no es ambicionado solo para fines de enriquecimiento económico. Pues el poder, inclusive el económico, puede ser valorado “por si mismo”, y con gran frecuencia la aspiración a causa de él es motivada también por el “honor” social que produce”.

Max Weber, Economía y sociedad, México, Fondo de Cultura Económica, 1979. (Adaptación)

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