Chuequito, no te rindas, si vos nunca aflojaste, no pudo frenarte la vida que te desprotegió de pibe, entonces no arrugues, vos que me enseñaste tanto, si vos hermano, que te plantaste con todo cuando el paso del tiempo hacia mella en tu alma.
Siempre fuiste optimista, tirando de un carro pesado que el barba te acomodo, cruel y sin sentido, como si fuera tu culpa haber nacido sin nada.
Vamos chueco, carajo, acordate de las batallas ganadas con tus pamperos de lona y tus medias de toalla, cuando esa zurda dibujaba, obras maestras, que ni el Diego imaginaba.
Por favor amigo no me des la espalda, si siempre te ponías al frente y me bancabas las malas.
No te puedo ver así, sin tu... Continuar leyendo