Esta es la historia real detrás de un equipo de futbol barrial, Resistencia y cabernet.
Nos remontamos a la infancia de nuestro guía espiritual, futbolísticamente hablando, el gurú del balompié, Cristian Avalos, un numero 10 exquisito, de fina técnica y grueso abdomen, ya de purrete soñaba con grandes movilizaciones verticales, organizaciones juveniles aptas a todo terreno que solidariamente ayuden en un estilo caritas, del mas por menos.
Nuestro infante capitán soñaba con pertenecer a un glorioso equipo de futbol, se mataba en cada entrenamiento para poder llegar a su Italia tan amada, como siempre decía y dice, ya en estos tiempos, mientras se acomoda en esa silla reforzada que aguanta su poderoso “cementerio de pollos” (su panza). “Si me hubiera ido a Italia estaría lleno de guita jugando en el Napoli”, u otro club sufrido, nada de Milán, Roma, Juventus, equipos burgueses acomodaticios sin sentimientos para su pueblo.
Pero no, no pudo ser, esa maldita rodilla lo traicionaría para siempre y acá esta el momento histórico de este Resistencia y Cabernet……. se dedico a la docencia.
Que tiene que ver la docencia con este equipo?, se preguntaran. Mucho diría yo, porque como siempre fue medio vago para estudiar le encontró la veta futbolera al asunto y un día dijo, ya esta!, de lunes a viernes paseo por los kilómetros y los sábados ni mierda hago todo esos cursos que me dan mas puntajes no se para que carajo, me armo un equipito y fulbito de verdad.
Y si, así nacimos, empezó a rejuntar en sus horas libres a los players perdidos en el anonimato de la docencia, a amigos de la adolescencia y a cualquiera que estuviera a mano para completar el equipo.
Luego de una serie de amistosos, donde se aprendió que la pelota era redonda, porque de futbol no se aprendió nada, entramos al campeonato.
Para que, por dios, para que contarles lo que fue ese primer partido donde lucimos esa casaca Flamenguiana traída de la salada, talle extra chico por cierto, si para que, mejor no les cuento nada, el campeonato paso y tuvimos el record no oficial de no patear un tiro al arco en 10 partidos.
Pero a fuerza de golpes, aprendimos, ahora sabemos que hay dos arcos, uno para cada lado, que si la pelota entra en el arco contrario es GOL para nosotros, increíble. Que el juego no consistía en contar las pelotas que entraban en nuestro arco, como los viejos programas de Showmach por canal 11.
Ahora tenemos camisetas nuevas, y un escudo representativo, logramos entender que ganar no es lo mas importante, lo mas importante es llegar a horario porque sino nuestro gurú, te limpia, haces banco y a otra cosa.
Y para terminar les dejo una frase de nuestro ponderado capitán “Esta camiseta de mierda me apreta y me deja sin aire”. Profundo y emotivo.
Para la próxima, la historia no autorizada de cada jugador cabernetero…..seguira
