Este relato comienza por el final, un jugador del CASI dijo, “jugaron como nunca, pensé que nos ganaban”.
Me quede pensando porque en medio del encuentro se me acerco una persona vinculada a la clandestinidad y me dijo, “ustedes nos hacen fuerza a nosotros únicamente”.
Diferentes formas de ver un mismo partido, uno diciendo que estuvimos bien y otro diciendo que estuvimos mal.
Y reflexione, esto es resistencia, un total incordio, y como estamos en el final del campeonato saque mi conclusión, paso a comentar.
El arquero, no usa guantes según el porque se le resbala la pelota, como si fuera tan seguro sin guantes, no baja un centro porque dijo textual, “no puedo salir porque no veo de costado”, tenemos un arquero CIEGO.
La defensa, el 2 que quiere jugar de 5 y si lo dejan va de 9, a todo esto cuando juega porque vive lesionado o expulsado, el 3 que se putea con el 4 y el 4 que se insulta con el arquero, trajimos uno que jugaba en barracas central, pero en realidad juega en el centro de barracas, nuestra defensa debe haber jugado en la franja de Gaza del lado palestino, porque no pasa la línea del medio por temor a que los fusilen.
El medio campo es una mezcla de la fauna autóctona cabernetera, tenemos jugadores en peligro de extinción, un par de pingüinos que no se tiran a trabar una pelota por temor a ensuciarse, un par de lechones que tiran habilidad en una baldosa hasta que se cansan, comúnmente a los 5 minutos de empezado el partido, y el pela, es el animal que mas tenemos que proteger, porque tiene tendencia al suicidio, basta con verlo jugar se va a desnucar solamente tratando de parar una pelota.
Me olvidaba tenemos dos jugadores que bancamos un año en el medio campo y en un partido casi de despedida nos dicen, “nosotros fuimos defensores toda la vida”.
La delantera, mejor dicho el delantero, mejor dicho el que trata de hacer goles, lo único que tengo para decir que el grupo le reconoce como su mejor partido el día que jugo de ultimo hombre. Sin palabras.
Hasta tenemos un jugador que comparte equipo, se hace llamar el 22, bardea a morir y el día del partido no aparece, fiel reflejo de la doble personalidad cabernetera.
Esto es Resistencia jugando, pero como grupo teniendo momentos buenos y momentos malos, de lo mejor, la cervecita en la esquina después de cada partido, nos puteamos y nos abrazamos.
Por ultimo, perdimos con el CASI, 1 a 0, anecdótico, pero dejo una frase de un experto en el buen juego, quien escribe:
“los caberneteros juegan otro deporte, una maravilla de técnica individual que se funde en un diseño colectivo: si el once resistente jugara una hora en una cristalería no rompería ni una copa."
El coco Osvaldo
