Nos Encontramos en la cancha, tempranito y con ganas de jugar dos equipos que nos estamos acostumbrando a mirar a todos desde abajo.
Luego de una semana intensa de rumores amarillistas que quieren hacer decaer el animo en la escuadra cabernetera, los muchachos de la cruz salen con todo a disputar el pleito, ejerciendo la revolución táctica esgrimida por Alejandro, tres en el fondo y el coco de nueve.
El casi, tal vez en una posición rara por el buen juego que siempre mostraron, entro a la cancha un poco cauteloso esperando a ver que pintaba.
Por lo tanto la pelota fue de dominio cabernetero, pero no obstante la primera jugada en profundidad fue de los celestes que dejaron a su delantero mano a mano y 1 a 0 arriba.
A partir de ahí, la defensa cabernetera se afirmo, el mediocampo comenzó a ganar las pelotas en segunda jugada y la delantera se movió por todo el frente de ataque.
No tardo en llegar el empate tras un centro de mariano que Juanpa anticipo con un cabezazo.
En un momento del encuentro un grito cargado de malicia se escucho en la línea lateral del campo, el ahora ayudante de campo cabernetero Leo disparo, “coco que haces de nueve”, mostrando una risita socarrona ante la mirada asesina del delantero.
Pero el coco no se amilano y como Palermo ante las criticas burlonas, dibujo una jugada de doble amague y bombazo al ángulo que se fue besando el mismo.
Pero en la segunda jugada y con el orgullo herido, agarro una pelota en tres cuartos de cancha avance unos 2 o 3 metros y saco un zapatazo cruzado, milimétrico, que se colo en el ángulo izquierdo haciendo estéril el vuelo del arquero casista.
Golazo coco, gritaron todos, pero él, humilde como pocos se dio vuelta y auguro futuras definiciones del mismo estilo, llegando al medio campo y dedicando el gol a sus hijos, y a amor eterno por la escuadra rojinegra.
Tras esa gran definición el primer tiempo no dio para más y se dio por terminado.
En el segundo el casi tira toda la carne al asador y se lleva por delante a la escuadra resistente y consigue el empate tras una jugada de rebote, offside y demás yerbas, lo que provoca una reacción desmedida del otro delantero cabernetero Pablito, aunque todos sabemos que la verdadera causa de su exabrupto es no poder estar a la altura del gran Coco.
Cuando el partido se estaba poniendo cuesta arriba llega un tiro libre por la derecha magistralmente ejecutado por Juanpa que entra con mucha rosca y pone al frente nuevamente 3 a 2 a los caberneteros.
Con el coco afuera, sentado disfrutando las mieles del éxito, entra al juego el capitán Cristian, que se había quedado dormido luego de unas vacaciones en Chapadmalal con todo pago por la comisión directiva, (en un hábil recurso para sacárselo de encima) lo que provoca un excelente control de los tiempos en el juego con pausa y toque de primera, saliendo de allí una gran jugada de contra por la izquierda con pase en profundidad para Marianito y centro al ras del piso hacia Cristiano Jimenez que la pedía haciendo la diagonal a toda velocidad (si leyó bien Jimenez = velocidad) que le da con alma y vida, convirtiendo el cuarto y final como premio a los mejores jugadores del encuentro por el ida y vuelta constante.
Para la anécdota queda el descuento del conjunto celeste en la última jugada, tras tiro libre ejecutado con fuerza.
Ahora que se termino el partido, nadie entendió bien porque nuestro arquero Alejandro en su revolucionaria táctica no se incluyo, se dedico a tirarse de palomita al césped emulando al Diegote, estuvo practicando acrobacias con la pelota para buscar trabajo en alguna avenida del conurbano, pero de atajar ni hablar, para mi debió ser la confianza excesiva en su planteo.
El partido fue excelente, se jugo fuerte pero lealmente y a los muchachos del casi un saludo cabernetero y a no aflojar.
El coco